… Sabes que tengo días acumulados en mis bolsillos, viejos soles ermitaños que ya poco hablan de mi, pero cada trazo en mi cuaderno dibujaba tus ojos, que miraban la luna que me observaba mientras cruzaba la noche de mis aventuras, entre su viento al que encargaba aprendiera tu nombre, no debo robarle a tu mundo la alegría de tus alegrías, solo sé que tus instantes sanan mi alma, escriben oraciones a mis alrededores para escapar de la soledad. En este universo mientras sigues las estrellas en este viaje a tu hogar, siempre te esperare, ahora, después, en esta vida o en la siguiente.
domingo, 24 de enero de 2010
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